Andando bajo la lluvia. Capítulo I - Parte 3ª

Bueno, espero que este capítulo resulte más "productivo", jeje.

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CAPÍTULO I
Parte tercera

Líos

Al llegar al parque, aquel grupito no les parece "agradable" y se marchan a la otra punta, mientras ellos les miran con algo entre curiosidad y simple desprecio.

De golpe, Antía frena en seco y se da media vuelta. Todos le dicen que sigua, que qué es lo que pretende. Se acerca entonces al grupo de chicos, ahí Sofía se da cuenta de por qué razón no les hace ni el más mínimo caso. Una cara conocida asoma entre aquella peculiar fauna.

   -¡Bruno! -grita la pelirroja, la anfitriona de la casa, terriblemente exaltada- ¿Se puede saber qué puñetas haces?

   Su hermano, casi escondido entre los otros chicos, da dos pasos hacia delante y aparta a otro joven, que amenaza con acercarse a la chica pelirroja. 

   -¿Qué es lo que piensas hacerme? -pregunta, provocándola, con una sonrisa socarrona en la cara- ¡Yo hago lo que me da la gana!

   -¡Y una mierda! -responde Antía, fuera de sus casillas- ¡Papá y mamá te mostraron claramente su posición al respecto, y yo también!

   -¿Crees que me importa? -dice él bruscamente. Se está saliendo de tono. La relación entre los dos hermanos no es tan "explosiva" habitualmente- ¡Es mi vida y haré lo que quiera con ella!

   En ese momento, Antía explota y sale disparada hacia Bruno, al igual que su mano, que impacta contra el rostro del chico, demoliendo así su reputación y su orgullo.

En el instante de shock post-bofetada, Guille y Diego corren veloces a sujetar a su amiga para que no se le eche encima a su hermano.

   Sofía, Mel y Sara no saben cómo actuar, y acuden al mogollón, para ver lo que va a suceder, puesto que los gritos de todos los adolescentes impedían saber con claridad qué es lo que ocurre.

   Unos chicos altos y con cara de malas pulgas agarran al enrojecido Bruno, que, como su hermana, suelta en alta voz improperios e insultos hasta que se cansa. Cuando al fin, el chico se zafa de sus compañeros, sucede algo que hace que el tiempo parezca detenido. Lo único que se le ocurre a Sofía, es meterse en medio como mejor sabe hacerlo.

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   -¿Por qué ha tenido que hacer eso? -los gritos retumban por la casa de la que han salido apenas hace unos minutos- ¿Por qué?

   -Antía, por favor, relájate -insiste Sara siguiéndola escaleras arriba, porque la joven da vueltas por todo el piso, luchando por contener las ganas de chillar que tiene.

   -¡Como voy a relajarme! ¡Una de mis mejores amigas acaba de besar a mi hermano cuando estábamos en medio de una discusión! ¡Por el amor de Dios! -exclama, incrédula agitando mucho los brazos.

   Diego y Mel tratan de calmar a una desconsolada Sofía en la cocina, que solloza. Y Guille contempla el espectáculo que está montando Antía apoyado en el marco de una puerta. Al principio, en el parque, su amiga no cree lo que está viendo, y cuando contempla cómo su hermano sigue el juego de Sofía, no lo soporta más y sale corriendo en dirección a su casa, con los demás siguiéndola.

   -Perdónala -suplica Sara poniendo los ojos en blanco- ¡Sabes que no lo hizo con mala fe!

   - ¿Repite eso? -sigue gritando la interpelada con furia.

   -Si, Antía. Sofi perdió la cabeza. Reconoce que tu hermanito no está mal, y menos cuando se cabrea contigo -interrumpe Guille, no siendo consciente de la situación.

   -¿Pero te quieres callar? -ahora es Sara la que no aguanta más, todo comienza a ser una casa de gritos y locos- ¿Te parece un buen momento para soltar estupideces de las tuyas?

   Guille levanta los brazos en señal de irónica disculpa y entra en la cocina, donde Sofía suelta gemidos frente a una taza de té y Melanie la abraza. Diego tiene la frente apoyada contra el cristal de la ventana, como pensando en algo más allá de todo aquel insignificante problema.

   -Joder. Sofi, en serio...-musita el que acaba de entrar.

   Mel sacude la cabeza en su dirección. A veces se pregunta si su amigo utiliza el cerebro para algo más que para buscar "buenas piezas".

   -No le hagas caso, ¿eh? -susurra entonces al oído de Sofía- Y tampoco a Antía, no sabe lo que dice. Solo está cabreada por lo de su hermano. Se le pasará, ¿me oyes?

   -No... -sentencia la otra joven comenzando otra vez a llorar a lágrima viva. 

   -¡Sofía, por favor! -salta Diego de repente, el ambiente a acabado sacándolo de sus ensoñaciones- ¡Si has hecho lo que se te pasó por la cabeza primero, asume las consecuencias! ¡No hiciste mal (al menos no mucho), acepta lo que ha pasado y punto!

   Sofía deja de llorar automáticamente. Tal vez Diego tenga razón y solo deba aceptar lo que izo sin reprochárselo. Se oyen unos pasos fuertes en las escaleras y un grito:

   -¡La quiero fuera de mi casa! ¡Y lo quiero ya!

¡Bum! Un golpe hace estremecer los cimientos. Antía acaba de golpear con el puño la puerta de la cocina, antes de lanzar una mirada capaz de atravesar pareces en dirección a Sofía. Ésta intenta esconderse entre su melena rubia, pero no sirvie absolutamente de nada. Y ante el asombro de todos, se levanta decidida, y sale por la puerta principal con la cabeza alta. Pero antes de marcharse, susurra un "lo siento" al oído de la joven pelirroja que permanece en la puerta de la cocina.

   -¿Por que me miráis así? -pregunta Antía, ligeramente confusa- No debió hacerlo y lo sabéis.

   -Pareces una niña pequeña -escupe Diego antes de coger su mochila y salir detrás de Sofía.

Tras él, Guille, Sara y Mel. Ésta última la mira con pena antes de darse la vuelta y marcharse. Odia tener que dejarla así, pero a veces es una exagerada y no debió hacérselo pasar tan mal a Sofía con sus gritos.

   -Oh, mierda -musita Antía, cuando se da cuenta de que está sola.

Decidió desplomarse sobre el sillón de la sala de estar, dispuesta a entregar su alma a la televisión por unas horas y olvidar. La puerta principal se abre, se cierra y unos pasos avanzan hacia la última habitación del pasillo, el salón. Antía ni siquiera tiene ganas de girarse para escrutar la oscuridad en busca de aquel que ha entrado en su casa. Sea quien sea.

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¡Espero que os haya gustado!

¡Au revoir, mes adorables!

P.D.: CAPÍTULO MODIFICADO