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L'hiver est à venir...




martes, 22 de febrero de 2011

Seth y el reloj de Awens. Capítulo I - Parte 2ª

Para agradecer a los 4 nuevos seguidores, voy a escribir la continuación, el capítulo 2 de mi cutre pero bloggero relato:

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Capítulo I
Parte primera
Descubrimiento

      Seth despertó solo en su cama, sin recordar lo ocurrido, pero llegó el terrible momento en el que, al agitar sus pensamientos y desperezarse, las imágenes invadieron su cabeza. Decidió bajar para estar con Luci.
Él dijo después de ver que el silencio no hacía otra cosa que corromper cada instante más su alma:

-Luci, dime que no es verdad, que lo he soñado y que-las palabras se le atragantaron- papá y mamá están a salvo en un hotel, por favor.

-Seth, ya no eres pequeño, no puedo mentirte. Tus padres murieron ayer en un accidente de coche porque un loco no hizo lo que debía-dijo ella.-No quiero que sufras y tú lo sabes, pero no puedes vivir engañado, porque eso te hará el doble de daño. Ellos no volverán.

Las palabras de la chica hicieron mella en Seth y éste estalló sin remedio:

-¡¡No!! ¡¡Déjame!! No... ¡No puedo quedarme aquí sin hacer nada mientras un asesino sin corazón arruina la vida de la gente! ¡¡No  voy a quedarme aquí llorando!!

Salió corriendo sin que a Luci le diera tiempo a sujetarlo.
            ¡¡BLOUM!!
Resonó la puerta de entrada.
A Lucía solo le dio su mente para suspirar y mirar al vacío.

                            ********

"Pienso matarlo!" Seth, cegado por la rabia y el dolor no sentía nada más que odio. Pero cayó en la cuenta. "Él huyo hacia Riverlow, no puedo ir yo solo caminando". Entonces se bloqueó y su cuerpo vagó sin rumbo por la ciudad toda la tarde.

Hasta bien entrada la noche, nuestro amigo no despertó de su shock por el frío. Corrió a casa y llamó al timbre desesperadamente rezando para que Luci siguiera allí despierta.
           Riing, riing.
...
           Riiing, riiiiiing.
...
-Seth, eres tú?

-Si.

Entró y abrazó con todas sus fuerzas a Luci.

-No vuelvas a escaparte.Creí que ibas a por él, y estuve a punto de llamar a la policía.

"Es que quería matar a ese sucio, malvado y cruel asesino de mierda." Quiso gritar Seth, pero se contuvo.

-Venga, cierra la puerta y tómate algo caliente, que vas a pillar una pulmonía. -Que tal algo como... un chocolate caliente, quizá?

-Si es que si yo no te conozco...-dijo Lucy señalando la taza de los "Beatles" donde había preparado el chocolate.

-Anda que...

-Oye, sobre... bueno... eso...-comentó Lucy cortada- quería que supieras que lo siento casi como tú, porque eran como hermanos para mí, y que llegó su, ehem, testamento desde la oficina.

-Oh, bueno, yo... donde está?

-Aquí. Leelo, te lo dejaron todo, pero resaltan especialmente una cosa.

-No me lo puedo creer, se van, me dejan sin ellos, se mueren, y a cambio me dan... ¿El viejo reloj de pared del desván? ¿En serio? ¿Un reloj? Esto es una broma, ¿no? S..se han ido de año sabático o algo y me dejan aquí contigo, ¿cierto?

-No, Seth, yo creo que es algo especial-dijo ella convencida.

El chico no se lo podía creer.

-Vete a verlo. Ahora es tuyo. Acaso lo has tocado alguna vez?

-Pues... no.-dijo poco convencido.-Nunca me dejaban acercarme a él, decían que era muy antiguo y frágil.

-Pues vete y tócalo todo lo que quieras.

Seth subió las escaleras a la velocidad del rayo y abrió la puerta del desván. Inmediatamente se apartó, tosió y tomo una enorme bocanada de aire, se había tragado el polvo de tres años. "Bueno, vamos allá." Entró y encendió la luz, que chisporroteó un poco y luego pasó a dar una luz muy tenue. Se acercó al reloj. Desde aquella posición podía observar todos sus dibujos, sus números, sus agujas. ¿Sus agujas? ¡No tenía agujas!Aquello sí que era inédito. ¡Le dejaban un reloj sin agujas! Abrió el cristal y limpió el polvo de los números. Después recorrió con los dedos la superficie falta de agujas. De golpe, un remolino de colores lo envolvió. Dejó de oír y de sentir.

                                                 *****

 Seth abrió los ojos y vio una figura borrosa. A medida que iba recuperando los sentidos, se dio cuenta de que era una chica. Una chica de pelo oscuro y ojos violetas. "Un segundo, ¿ojos violetas?" Pensó Seth. "¿Desde cuando alguien tiene los ojos violetas? Esta no es Luci seguro. Serán lentillas." Se dijo. Luego intentó levantarse y dos pares de brazos le ayudaron.

-Que mareo, Dios mío... ¿Quienes sois?

-Somos sol setnatibah ed Snewa, sol SnewA, saes odinebneib-pronunció la chica de ojos violetas.

-Ehhh, lo siento, "I don't undestand, you speak english?"-dijo él sin comprender.

-He, anodrep? On sedneitne Oisemhed?

-¿Qué?-dijo Seth más confuso todavía.

La chica morena entornó los ojos y dijo:

-Ya comprendo, no eres de aquí, ¿no?

-¿Tú que crees? No entiendo nada de lo que me has dicho antes, lo siento.

-Bueno, no pasa nada. Decía que somos los habitantes de Awens, los Awens, que seas bienvenido y todo eso. Cuéntanos, ¿de dónde vienes?

-Yo vengo de mi casa, entré en el desván y vi mi reloj, lo toqué y me desmayé.

-Oh, un reloj dices, ¿no?-Seth asintió y la chica se giró a hablar con sus compañeros.-¿Y qué hiciste exactamente?

-Toqué los números y aparecí aquí.

-¡¿Tocaste los números!?-preguntó incrédula.

-Si, ¿que hay de malo?

-Niño ignorante... (no te ofendas), ¿acaso tus padres no te enseñaron jamás el reloj ni a usarlo?

-No, no tengo ni flores de relojes, y de éste menos aún.

-A ver, ¿aún no lo comprendes? ESE reloj, es el reloj de Awens, el único reloj sobre la faz de tu Tierra que te puede transportar hasta aquí. Tocando una serie de números llegas hasta aquí. Pero tú no sabías esa combinación, ¿no?

-No. ¡Anda, por eso no me dejaban acercarme a ese reloj!

-¿No te dejaban? ¿Y porque ahora si?

-Porque, bueno, mis padres...-inspiró aire y dijo-murieron anteayer en un "accidente de tráfico".

-Oh, perdona, lo siento mucho. No quería, bueno, ya sabes, herirte.

-No pasa nada, lo tengo casi asumido.

-Bueno, será mejor que nos acompañes a la aldea. Por cierto, no nos hemos presentado, ¿como te llamas?

-Seth, Seth West para ser exactos.

-Bien Seth, estos son Ilhiem y Rud.-dijo presentando a los chicos.-Y yo soy Kyhei, pero llámame Ky, por favor. Bienvenido a Awens.

Kyhei se apartó y dejó a Seth contemplar el maravilloso espectáculo de la selva de su mundo.
Estaba plagado de árboles de todas las tonalidades. Él pensó que seguramente aquello era muchísimo más espectacular que la selva del Amazonas. Varios ríos serpenteantes brillaban a lo lejos. Se oían tantos sonidos, desde fuertes, agudos, suaves, siseantes... Todo.

                           ***

-¿Falta mucho Ky? Estoy molido...- dijo el chico muy cansado.

-No, ya casi estamos llegando. La próxima vez que preguntes de atravieso con una flecha, lo juro por el suelo que piso. Cada cinco minutos preguntas eso. ¡En mi puñetera vida vuelvo a hacer de niñera nunca más!

-Oye, no te creas tan mayor, cumplí 14 el 25 de Noviembre.

-¿14? Eso es imposible. ¡Yo acabo de cumplir 6.000 hace nada!

-¿Tienes 6.000 años? No me lo trago, pfffff...

-¡Jajaja! ¡Que tontería! ¿Tienes 14 años? Jajaja-Seth no comprendía de que se reía la chica- Yo tengo 6.000 lunas, o lo que el lo mismo, 16 años de tu mundo.

-¡Ahh! ¡Ahora ya lo entiendo!

-Ja, enano, ya no te crees tan mayor, ¿eh? Podría ser tu niñera perfectamente.

 Un sonido silbante cruzó el aire y se clavó en el pecho de Seth.
Se quedó muy quieto, sin moverse, aterrado. Entonces el dolor comenzó. Un dolor que se extendió hasta el cerebro, hasta los pies, por los brazos y la torso.
Sin poder hablar, dirijió una mirada suplicante a Ky.
Ella, con los ojos desorbitados no acababa de creer lo visto. Una cerbatana había asomado por entra las copas de los árboles y había disparado un dardo venenoso al pecho de Seth.

-No te muevas o morirás-avisó Ilhiem.

Desesperado, Seth intentó gritar, pero ningún sonido brotó de su boca. Kyhei no sabía que hacer, no tenia preparación suficiente, pero no podía dejar morir a aquel chico. "Si hubiera estado más atenta, estúpida, estúpida y estúpida, Ky, que vamos a hacer ahora" Pensó ella para sí misma. Había que succionar el veneno cuanto antes. Pero, ¿y si lo hacía mal y acababa muriendo el chico? O lo que era peor, ¿ella? "Inténtalo, Ky"
Arrancó el dardo y el rostro de Seth se retorció de dolor.

-Es por tu bien, ¡aguanta!

Por el color de la sangre que brotaba, el veneno era fuerte pero no el más letal, por suerte. Respiró hondo y posó sus labios en la herida. Comenzó a sacar el veneno y lo escupió. Sacó todo lo que pudo hasta que empezó a marearse.

-No puedo más. ¿Puedes sostenerte? ¿No? Pues te llevaremos hasta la aldea. Allí te quitarán el resto.-dijo Kyhei aún mareada.

Llegaron a la aldea y posaron a Seth en una cama. Acto seguido hicieron llamar al curandero.

-Oh, casi no le queda veneno ya. Será fácil quitar el resto. ¿Como habéis hecho?-preguntó el sabio mientras se ponía manos a la obra.

-Kyhei, muy valientemente, extrajo todo lo que pudo con sus labios.-explicó Rud.

-¿Cómo? ¿Sabes que podías haber muerto o regresado grave? ¿Lo sabes?-dijo el curandero incrédulo.

-Lo sé, pero no debía dejarle morir-respondió ella, después se acercó al oído del sabio y murmuró algo. Los ojos del anciano se ensancharon y asintió. Salió de la cabaña.

Poco tiempo después, Ky volvió a entrar en la choza a ver el estado de Seth.

-Hola, enano, soy Ky.

Seth se despertó y al oír la última palabra de la chica, creyó estar en el paraíso.
"Te estás volviendo tonto, un estúpido. ¡Tan solo la conoces desde hace como mucho seis horas!".

-Oye, gracias. Si no hubiera sido por tí, creo que hubiera muerto.

-¿Crees? Sabes que era un veneno bastante fuerte, ¿no?

-Hum, pues no. ¿Quién lo lanzó?

-No lo sabemos, todavía. Bueno, que sepas que me debes una.

-Ya, lo sé, pero pensé, la primera vez que te ví, que ibas a ser más sensible y más maja.

-Estas insinuando que no soy maja?

-No, no, no, no, al contrario, pero a veces eres muy brusca.

-Aquí, si no eres así, se te come un tigre, terráqueo.

-Ah, interesante noticia. Tomo nota: Evitar a los tigres (incluída Ky) y ser brusco.

-¡Oye!-dijo ella enfadada, pero en el instante siguiente esbozó una pícara sonrisa.-Me caes bien, chaval.

Seth sonrió de oreja a oreja.

-Tú a mi no, algún día a lo mejor te digo el por que.

-¡Ha! ¡Pero si te he salvado la vida! ¡¿Como que no te caigo bien?!-al segundo, Ky se arrepintió de sus palabras.

-He aquí la cuestión, eso quiere decir que te importa caerme bien, ¿no?

-¡Cállate y no digas memeces, niño repelente!

-¡Ja! Te he pillado, señorita "La-dura-Ky". En el fondo eres dulce y cariñosa, ¿verdad? Estas suplicando a tu conciencia que te deje decirlo.-la tentó él.

-Ni lo intentes. No te tengo el suficiente aprecio como para contarte mentiras, ¡ni siguiera eres mi amigo!

-En unas semanas vas a desear no haber dicho eso, "Sweety Ky"

-Vete a la mierda, enano.
                                            ***

Ya se que termina un poco bruscamente pero, el siguiente será mejor. Gracias!

Seth y el reloj de Awens. Capítulo I - Parte 1ª

El primer capítulo de "Seth y el Reloj de Awens".

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Capítulo I
Parte primera
Malas noticias


-Anda, mamá. ¿En serio tenéis que marcharos sin mi?-replicó Seth con voz de niño pequeño.

-Es un viaje de negocios, cariño. No podemos ir todos, solo tu padre y yo-respondió la señora West.

Seth odiaba quedarse en casa solo más de un fin de semana y ahora, para colmo, sus padres tenían que irse de viaje diez días a Riverlow.

-Y te quedarás con  Lucía hasta que volvamos-añadió el bigotudo señor West. Lucía era una amiga de la familia y siempre que podía se ofrecía a cuidar de Seth, que más que un niño bajo su responsabilidad era un amigo. El chico la apreciaba, aunque a veces le parecía demasiado sobreprotectora (al igual que sus padres). Lucía no era demasiado joven, pero no superaba los cuarenta y siete años.

-¡Puedo quedarme solo! ¡Tengo catorce años, no cinco!

-Seth, deja de replicar y ve a buscar la chaqueta. Nos vamos al supermercado para que Lucía y tú no tengáis que ir a comprar esta semana.

Todavía enfurruñado, Seth cogió su chaquetón y abrió la puerta de casa.
                                            
                                                   *****

Ya era de día y nuestro joven amigo se levantó y desperezó. Bajó las escaleras brincando a desayunar, ¡era domingo!

-Mamá, ¿has hecho tostadas esta mañana?-gritó aún mientras bajaba los últimos escalones -¿Mamá? ¿Papá?

A medida que se iba acercando a la cocina, oía un murmullo, a alguien tarareando una canción entre las sartenes y los fogones. Al entrar en la cocina vio a Lucía.

-¿Ya despierto, Seth?

-¡Si ya despierto! ¿Donde están mis padres?

-Por si lo habías olvidado, hoy temprano marchaban hacia Riverlow.

-Ah, bueno... yo... no lo recordaba.-dijo Seth avergonzado.

-De hecho-interrumpió la señora para cambiar de tema-acabo de freír huevos y bacon, ¿quieres?

-¡Claro que sí, gracias, Luci! ¡Eres genial!-respondió el chico dando botes.

Seth podría llegar a ser un poco repelente en ocasiones, pero la mayoría de las veces era alegre y amable. En diez minutos y con un hambre feroz, Seth se zampó todo el desayuno, y Lucía se quedó asombrada de su rapidez.

Al tener todo el día libre, se dedicó a vagar por toda la casa haciendo lo que más le gustaba: buscar secretos. Trampillas escondidas, cajones disimulados, escondites y demás. Jamás había encontrado nada, pero se lo pasaba de miedo intentándolo con la esperanza de conseguirlo algún día. Pero nada. Tampoco hubo suerte aquel día.

Al día siguiente Seth se levantó pronto para llegar temprano al instituto. Le pareció extraño no oír el ruido de las sartenes y los cubiertos en la cocina. Lucía se encontraba sentada en el sofá del salón, con los ojos enrojecidos y un papel en la mano.

-Eh... Luci, ¿estás bien?

Ésta le tendió la hoja, que ya tenía algunas manchitas de lágrimas. Era una carta de la policía.


      Estimada familia West:
     Tenemos que darles una trágica noticia ocurrida ayer cerca del mediodía. Un matrimonio que se   
    dirigía en automóvil en la carretera hacia Riverlow fue arrollado por otro conductor, con un Jeep   
   según los testigos oculares. Éste último escapo tras ver como el coche de los Sres. West daba tres  
   vueltas de campana, debido a esto, el matrimonio murió en el acto. Estamos investigando el caso.
  Por ello, la custodia de Seth West corresponde ahora a Rosemary Timbell, hermana de Alfred West, uno de los fallecidos.
 Nuestro más sincero pésame.


              La Policía.






Sin palabras, Seth era incapaz de correr hacia su habitación a llorar en su cama como querría, así que se sentó junto a Lucy y lloró. Pudieron ser minutos horas o días, pero él siguió llorando sin sentir el paso del tiempo. Tras eso, se durmió en el hombro de Lucy, no sin antes pensar que por nada del mundo iría a casa de la tía Rosemary. Por nada.

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          Espero que os haya gustado! Fue un poco corto, pero que sepais que ya tengo la siguiente parte pensada!




domingo, 20 de febrero de 2011

Seth y el reloj de Awens

El banner del relato

Comenzaremos en serio con una historia:
Seth y el reloj de Awens.
La historia de un chico que tras la muerte de sus padres, descubre que su valioso legado, un reloj de pared, esconde muchos misterios, incluido un mundo fascinante por descubrir. Abrimos la "Caja de Pandora" en la próxima entrada.

¡Nos soñamos pronto!







sábado, 19 de febrero de 2011

Y para comenzar...

... una de palabras extrañas! Un texto ni en verso ni en prosa, sino de pensamientos:

          Son tan solo palabras escritas en un papel. 
          Cada instante en que la tinta fluye,
           cada segundo en que una palabra invade.
          Tan solo son palabras que no significan nada,
          en una mente, en un oído, suena música distinta.
          Pueden desaparecer, borras mundos, si borras bien.
          Tú decides bajar al anden, de las cosas que vuelan 
         y dejan de aparecer. De las que riman y suelen oler
         a vainilla y flores de papel.
          Esperando un tren de viento, con ruedas de briznas de hierba.
          Aquellas que no miran, el suelo que pisan, ni lo dejan ver.
         Pueden parecer palabras sin sentido, sin orden y sin ley.
         En cierto modo lo son, a su manera, como lo soy yo.
         Porque son tan solo palabras escritas en un papel.


¡Thanks for your time!

Nos soñamos pronto.