Something to say



L'hiver est à venir...




jueves, 17 de marzo de 2011

Un mini-relato.

Iba en el bus y se me ocurrió este "pequeño" relato. Puede haber sido cierto, o no... eso lo dejo en vuestras manos.:


LA LLAVE.


Iba yo en un autobús número 11, un Jueves tardío.
De golpe, giré la vista, concentrada en mi música.
Sonaba una canción de Macaco, me gustaba!
Vi una cabeza llena de rizos de espaldas a mí. Me sorprendí al ver a un semejante mío. Te levantaste y fuiste hasta la puerta de salida. Ahora que te había descubierto, te ibas. Menuda indignación! Y quién sabía ahora si volverías a aparecer.
El siguiente Jueves no apareciste. Y el siguiente tampoco. Yo ya había perdido las esperanzas. Una semana más, y volví a ver aquel pelo castaño claro y rizado. Te bajabas mucho antes que yo, pero decidí no perder la oportunidad y me levanté contigo. Podía haberse "retrasado el bus", cuando llegase a casa...
Apreté el botoncito para abrir la puerta y te sonreí. No solía hacer eso con desconocidos. Pero te veía cara diferente. Cogí aire y te dije:
-Bueno. También te bajas aquí?
Esperé una respuesta simpática, solo por miedo al ridículo.
-Si.
-Ah, y...adónde vas, si no es molestia?-pregunté tras la seca repuesta. Supuse que era vergüenza.
-A dar una vuelta y luego a casa.
Respiré más profundo aún que la última vez y te pregunté colorada de los pies a la punta de mis rizos:
-Puedo...ejem...puedo acompañarte?-la frase que más me había costado soltar en mi vida.
-Eh, si quieres...
Bien, lo había conseguido. "Fantástico!" Grité para mis adentros. Ahora el reto era hacer buenas migas.
Tras dar una vuelta por la gran plaza en frente de aquel Instituto y también tras varios silencios incomodísimos, sacaste tu móvil del bolsillo.
Primero me asusté, creyendo que llamarías a alguien, ya harto de mí. Pero mis mejillas adquirieron un tono rubí cuando vi por el rabillo del ojo, como pulsabas en "Nuevo Contacto".
Si hubiese podido medir los bombeos de mi corazón, habría dado 3.000 pulsaciones por segundo. Me sentía estúpida. Me mostraste la pantalla del móvil y yo, con la mano temblando lo cogí. Apunté el número, temiendo equivocarme de teclas estúpidamente. "Eres totalmente estúpida. Totalmente inconsciente y estúpida. Ni siquiera lo conoces de hace dos horas y..." me decía a mí misma.
Miré mi reloj, apurada. Las ocho, ya???
-Ehh... Lo siento, me tengo que ir. Hasta el próximo Jueves, si eso...
Di media vuelta sin dejarte tiempo ni a contestar. No podía.
                   *****
Llegué a casa, pero la excusa no hizo efecto. Me quedé castigada haciendo deberes todo el fin de semana. Sin SMS ni llamadas, estuve pensando y escribiendo. Ni tan solo sabía tu nombre! Ni quería saberlo. Era mejor así.


El Jueves, mientras tocaba en mi Flauta Travesera el Canon de Pachelbel, mi móvil vibró en el bolsillo. Aquel Mi se desvió y acabó convertido en un Re sostenido. Los minutos se me pasaban lentísimos. Al fin, dieron las 17:30.

                Hy no voy n bs.

Bueno, no contaba nada bueno, pero un mensaje, era un mensaje, al fin y al cabo. Lo mismo que la primera vez. Dos semanas sin aparecer por el Autobús Nº 11, y menos hacer una llamada. Esta vez, escribí yo:

                      No t veo dsde hac muxo. Ya no vas n bs?

Me atreví a añadir con mucha fuerza de voluntad:
 
                              Bss

 No me atreví a mirar cuando pulsé enviar. Otras dos semanas. Ya no me atreví a enviar otro SMS. Estaba un poco triste. Había sido un "Hola y Adiós", pero qué le íbamos a hacer. Así es la vida. 
El Jueves, volví a pararme en donde te bajabas tú, por si por una casualidad, también aparecías. 
La esperanza asomó sobre aquella cabeza. Una cabeza rizada y rubia. Que se giró y... no, no era el chico del autobús. Era otro cualquiera. Aunque ÉL también era uno cualquiera. El móvil volvió a vibrar en mi pantalón vaquero.
                    

                                 Esqna dl IES d la plaza cn 
                                  la calle d la parad dl bus. 

Ni quité la pantalla. El móvil había estado a nada de resbalar de mis manos.
Me dirigí hacia allí, no como una zombie colgada de un desconocido, si no como una chica más de las que andaban por la plaza, con su pelo alisadísimo y sus vaqueros pitillo. Giré la esquina con el corazón a mil. Allí estabas. Con una sudadera naranja y la bandolera que habías llevado el primer ( y único) día.
-Ehhh...-tartamudeaste, habías empezado tú a hablar.- Yo, tenía que aclararme las ideas. Sabes? No te conocía, ni nada. Apareciste tan de repente, que, no sé, no me dio tiempo a pensar con claridad...
No pude decir sílaba alguna. Estábamos a diez centímetros máximo. De golpe, una chica rubia giró la esquina y nos vió. Yo estaba de espaldas. Vi tus ojos y tu expresión. Me dí la vuelta justo a tiempo de ver como la chica salía corriendo. EL chico que yo había conocido en el bus, gritó:
-Lau! No! Espera!
Y saliste corriendo detrás de la rubiales. Yo me quedé allí, esperando que no se arruinara lo que ellos tenían por culpa de una insensata y estúpida niña ( YO )
Mordiéndome las uñas durante diez minutos, casi rezando, te vi girando la esquina, solo.
-Yo... lo siento muchísimo, de verdad...
-No. Cállate. Lo que pasó, pasó. 
Dijiste casi con dulzura. Lo que pasó, fuiste tú de largo. Marchándote sabe Dios adónde. 

Una semana después, volví a recibir el mismo SM. Extrañada, acudí.
Seguías allí, como el anterior día.
-Te lo repito. Lo siento, yo no...
-Yo te repito, cállate. Ella no era nada. Solamente una...una...chica demasiado posesiva.
-Te...odia?
-Supongo...
-Por que?-te pregunté. Ni falta me hizo escuchar el "Porque hay...". Tus pies dieron un paso y tus labios rozaron los míos. Yo ya no respondía por mis actos. Ni eso pude pensar siquiera. Sentí un escalofrío cálido. Una contradicción. Eso era, todo era una contradicción. Se me pasó una tontería por el corazón. Pero se ve, que el tuyo fue más veloz, y los dedos del chico, el chico del autobús cogieron los míos. Aquello estar en un mar de plumas o en un cielo de algodón... Yo qué se cuanto tiempo pasó, pero no pude moverme. Aquel instante, me separé y pensé mirando a aquel chico: "Todavía no sé ni tu nombre, pero ya sé una cosa más..."
Tus labios volvieron a rozar los míos y mi mente concluyó el final de la frase, que parecías haber escuchado:
     "...que tienes, la llave de mi corazón".






FIIIIIIIIIIIN!


Ya sé que es un poco cursi... pero lo hice lo mejor que pude!


Os quiero lectoras!!
             










8 comentarios:

  1. Me quedé corta, no es un "poco" cursi, es MUY cursi.

    ResponderEliminar
  2. tranquila,chica,¡si te ha salido genial!casi parece qe te hubiera sucedido de verdad...(risita picara)xD

    ResponderEliminar
  3. jajjaja, por desgracia no, xDDDD. Muchas gracias!!

    ResponderEliminar
  4. Como mola tu blog, por cierto no es cursi a mi me ha encantado :) . te siguo que me ha encantado tu blog ;)

    ResponderEliminar
  5. Agradezco los comments! Sois geniales!!

    ResponderEliminar
  6. me ha encantado el relato, es verdaderamente bueno, tu si que sabes escribir bien sigue asi k es geniañ. por cierto tengo un blog, pasate algun dia cuando te apetezca:
    http://laprincesadeldesierto.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  7. Gracias Maja!! (nunca mejor dicho, xDD) claro k me paso!!! te envié el mensaje pq no había visto el comment!! gracias a todaas!!!

    ResponderEliminar

Muchas gracias por dejar tu sueño en nuestra pequeña nube.