¡Comencemos con en tercer capítulo!
______
-¡Si! ¡Diana!-gritó Seth en el momento en el que su flecha se clavó en el centro de la madera.
-La suerte del principiante.-respondió Kyhei molesta por su precisión.
La chica había empezado a iniciar a Seth en las artes de su mundo y optó empezar por el arco creyendo al chico menos capaz de lo que era.
-Ahora verás lo que es bueno.-dijo ella arrebatándole a Seth el arco y cogiendo una flecha.-vas a aprender a disparar como Dios manda.
Miró a Seth, y al ver su amplia sonrisa, el pulso de Ky tembló por un instante. Tensó la cuerda y disparó. El sonido de la flecha atravesó el aire, y a Seth le recordó la cerbatana, el dardo y el dolor. Cayó al suelo cuan largo era.
-¡Hey!-Ky corrió junto a él.-¿Qué te dio? ¿Fue acaso mi grandeza al disparar?
-No, fue tu maldita flecha. Me recordó al dardo y el dolor volvió por un segundo.
-Mi maldita flecha...-ella miró y señalo la diana-...que ha partido por la mitad la tuya. Eso sí que se llama precisión.
-Dímelo a mí, ¡precisión hasta los tímpanos pasando por el corazón!
-Que graciooooso.-se burló ella.-Por cierto, ¿vas a volver esta noche a tu casa?
-¿Por que lo preguntas? ¿Vas a echar de menos mis encantos?-dijo él sarcástico.
-Ja, ja, ja. Pues si, "amormío", te tengo tanto cariño que si no te vas a tu casa por tu propio pie, te echaré yo a patadas.-dijo, y esbozó una falsa sonrisa angelical.
Pues sí, como Kyhei dijo, Seth tuvo que marcharse. No quería que Luci se preocupase.
*******
-¡Hola!
-¡Anda, hola, Seth! ¿De donde vienes tan contento?-dijo Luci con sorpresa fingida.
-Pues el reloj que si lo...-entonces Seth se repensó la idea de contarle SU secreto a Lucy, puesto que ahora el reloj era suyo, el secreto también.-que si lo limpias, se aprecian dibujos muy antiguos.
-Ah, que bien.
-A todo esto, ¿que horas vienen siendo?-preguntó él. "Pasar varias horas en un mundo que está sabe-Dios-dónde y sin un reloj (que casualidad), te hace perder el norte".
-Pues son exactamente las 19:36.
-¿Me he pasado ahí dentro cinco horas? ¡Anda ya!-preguntó incrédulo. Al lado de Ky las horas se hacían mucho más cortas.
-Pues si, cinco horas, nada menos.-dijo Lucy- ¿Qué has estado haciendo ahí dentro todo este rato?
El chico tenía dos opciones, o inventarse algo o contarle el secreto a Lucy. Al final se decidió por la primera, confiaba en Lucy, pero no quería precipitarse.
-Yoo... limpiar el polvo y andar en cosas antiguas, ya sabes, para recordar-discurrió Seth.
Nuestro amigo, subió a su cuarto y pensó en escribirlo todo en una especie de diario (uno serio, advertencia: no tomar como referencia "El Diario de Patricia/o depende de si os gusta Bob Esponja o no, xD) para aclarar sus ideas.
Lo escribió todo. Sus sentimientos, sus arrebatos, su expresión al ver por primera vez los ojos violetas de Ky...
Y al segundo se sintió estúpido.
******
No podía dormir. No podía estar quieto en su cama, y punto.
De puntillas subió las escaleras al desván y volvió a presionar los números.
Cerró los ojos para dejar que el remolino lo arrastrara, pero no ocurría nada. Volvió a tocar los malditos numeritos, pero no, seguía en su casa, en la Tierra. En aquel maldito universo que ahora odiaba. Si, maldito. ¡Todo maldito! Alguien le había arrebatado la felicidad, y ahora que volvía a tener una razón, volvían a arrancársela del corazón. Desesperado se sentó en el suelo intentando recordar cómo demonios había hecho la primera vez.
"Cierra los ojos. Solo siente." Oyó en su cabeza. A tientas y lentamente se levantó. Posó las manos en el centro del reloj, donde debían estar las agujas y recordó:
"Un movimiento circular. Mano derecha arriba al 12. Mano izquierda también. Derecha al tres, golpe suave, izquierda dos golpes fuertes sobre el nueve y sobre el diez."
Sintió como el viento le traspasaba. Abrió los ojos y se encontró en pleno bosque en la noche.
Andando hacia donde creía que estaba el poblado, oyó un ligerísimo silbido.
Y de golpe unas manos le taparon los ojos.
Cuando volvió a ser libre, se giró y vio unos ojazos violetas...
-Kyhei, por el amor del cielo-susurró enfurruñado.-casi me matas del susto.
-Lo sé, silenciosa como una pantera...-presumió la chica.
-Se oyó un silbido, para tu información.
-Anda ya, ahora deliras por lo del dardo, ¿no?
-Baah. Baja el volumen, ¿quieres?
-A ver, señorito terrícola, ¿quien quieres que nos oiga? ¿Los pájaros?
Seth le sacó la lengua y cambió de tema:
-¿Sabes que casi no llego hasta aquí?
-Mira que eres...
-No fue culpa mía, no recordaba como presionar los números hasta que una voz me lo recordó. No me tomes por loco.
En la penumbra, Ky palideció.
-¿Que una voz qué?
-Que una voz me recordó...
-Si, si, ya entendí.-le interrumpió ella.
-¿Y entonces?
-Yo...bueno..¿que te dijo exactamente?
Seth confuso respondió:
-Algo de "cierra los ojos y nota" o siente o algo así.
-Como te lo explico...Yo pensé eso hace un rato.-reconoció.
-Aún pillabas. ¿Crees que me puedes tomar el pelo así?
-¡¡Te lo digo en serio!!
-Pues no me lo explico. ¿Tu piensas y yo escucho? No creo en la telepatía, sinceramente...
-Pues deberías-contestó ella.-escucha.
Ya habían llegado a la aldea y Kyhei le arrastró hasta su cabaña.
Seth ya se lo imaginaba: "Existe una leyenda de bla, bla, bla...".
*****
Pronto lo siguiente. Se me dan bien las terminaciones bruscas, ¡ehh! Es broma...XD
¡Au revoir!
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Capítulo I
Parte tercera
Diana
-¡Si! ¡Diana!-gritó Seth en el momento en el que su flecha se clavó en el centro de la madera.
-La suerte del principiante.-respondió Kyhei molesta por su precisión.
La chica había empezado a iniciar a Seth en las artes de su mundo y optó empezar por el arco creyendo al chico menos capaz de lo que era.
-Ahora verás lo que es bueno.-dijo ella arrebatándole a Seth el arco y cogiendo una flecha.-vas a aprender a disparar como Dios manda.
Miró a Seth, y al ver su amplia sonrisa, el pulso de Ky tembló por un instante. Tensó la cuerda y disparó. El sonido de la flecha atravesó el aire, y a Seth le recordó la cerbatana, el dardo y el dolor. Cayó al suelo cuan largo era.
-¡Hey!-Ky corrió junto a él.-¿Qué te dio? ¿Fue acaso mi grandeza al disparar?
-No, fue tu maldita flecha. Me recordó al dardo y el dolor volvió por un segundo.
-Mi maldita flecha...-ella miró y señalo la diana-...que ha partido por la mitad la tuya. Eso sí que se llama precisión.
-Dímelo a mí, ¡precisión hasta los tímpanos pasando por el corazón!
-Que graciooooso.-se burló ella.-Por cierto, ¿vas a volver esta noche a tu casa?
-¿Por que lo preguntas? ¿Vas a echar de menos mis encantos?-dijo él sarcástico.
-Ja, ja, ja. Pues si, "amormío", te tengo tanto cariño que si no te vas a tu casa por tu propio pie, te echaré yo a patadas.-dijo, y esbozó una falsa sonrisa angelical.
Pues sí, como Kyhei dijo, Seth tuvo que marcharse. No quería que Luci se preocupase.
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-¡Hola!
-¡Anda, hola, Seth! ¿De donde vienes tan contento?-dijo Luci con sorpresa fingida.
-Pues el reloj que si lo...-entonces Seth se repensó la idea de contarle SU secreto a Lucy, puesto que ahora el reloj era suyo, el secreto también.-que si lo limpias, se aprecian dibujos muy antiguos.
-Ah, que bien.
-A todo esto, ¿que horas vienen siendo?-preguntó él. "Pasar varias horas en un mundo que está sabe-Dios-dónde y sin un reloj (que casualidad), te hace perder el norte".
-Pues son exactamente las 19:36.
-¿Me he pasado ahí dentro cinco horas? ¡Anda ya!-preguntó incrédulo. Al lado de Ky las horas se hacían mucho más cortas.
-Pues si, cinco horas, nada menos.-dijo Lucy- ¿Qué has estado haciendo ahí dentro todo este rato?
El chico tenía dos opciones, o inventarse algo o contarle el secreto a Lucy. Al final se decidió por la primera, confiaba en Lucy, pero no quería precipitarse.
-Yoo... limpiar el polvo y andar en cosas antiguas, ya sabes, para recordar-discurrió Seth.
Nuestro amigo, subió a su cuarto y pensó en escribirlo todo en una especie de diario (uno serio, advertencia: no tomar como referencia "El Diario de Patricia/o depende de si os gusta Bob Esponja o no, xD) para aclarar sus ideas.
Lo escribió todo. Sus sentimientos, sus arrebatos, su expresión al ver por primera vez los ojos violetas de Ky...
Y al segundo se sintió estúpido.
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No podía dormir. No podía estar quieto en su cama, y punto.
De puntillas subió las escaleras al desván y volvió a presionar los números.
Cerró los ojos para dejar que el remolino lo arrastrara, pero no ocurría nada. Volvió a tocar los malditos numeritos, pero no, seguía en su casa, en la Tierra. En aquel maldito universo que ahora odiaba. Si, maldito. ¡Todo maldito! Alguien le había arrebatado la felicidad, y ahora que volvía a tener una razón, volvían a arrancársela del corazón. Desesperado se sentó en el suelo intentando recordar cómo demonios había hecho la primera vez.
"Cierra los ojos. Solo siente." Oyó en su cabeza. A tientas y lentamente se levantó. Posó las manos en el centro del reloj, donde debían estar las agujas y recordó:
"Un movimiento circular. Mano derecha arriba al 12. Mano izquierda también. Derecha al tres, golpe suave, izquierda dos golpes fuertes sobre el nueve y sobre el diez."
Sintió como el viento le traspasaba. Abrió los ojos y se encontró en pleno bosque en la noche.
Andando hacia donde creía que estaba el poblado, oyó un ligerísimo silbido.
Y de golpe unas manos le taparon los ojos.
Cuando volvió a ser libre, se giró y vio unos ojazos violetas...
-Kyhei, por el amor del cielo-susurró enfurruñado.-casi me matas del susto.
-Lo sé, silenciosa como una pantera...-presumió la chica.
-Se oyó un silbido, para tu información.
-Anda ya, ahora deliras por lo del dardo, ¿no?
-Baah. Baja el volumen, ¿quieres?
-A ver, señorito terrícola, ¿quien quieres que nos oiga? ¿Los pájaros?
Seth le sacó la lengua y cambió de tema:
-¿Sabes que casi no llego hasta aquí?
-Mira que eres...
-No fue culpa mía, no recordaba como presionar los números hasta que una voz me lo recordó. No me tomes por loco.
En la penumbra, Ky palideció.
-¿Que una voz qué?
-Que una voz me recordó...
-Si, si, ya entendí.-le interrumpió ella.
-¿Y entonces?
-Yo...bueno..¿que te dijo exactamente?
Seth confuso respondió:
-Algo de "cierra los ojos y nota" o siente o algo así.
-Como te lo explico...Yo pensé eso hace un rato.-reconoció.
-Aún pillabas. ¿Crees que me puedes tomar el pelo así?
-¡¡Te lo digo en serio!!
-Pues no me lo explico. ¿Tu piensas y yo escucho? No creo en la telepatía, sinceramente...
-Pues deberías-contestó ella.-escucha.
Ya habían llegado a la aldea y Kyhei le arrastró hasta su cabaña.
Seth ya se lo imaginaba: "Existe una leyenda de bla, bla, bla...".
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Pronto lo siguiente. Se me dan bien las terminaciones bruscas, ¡ehh! Es broma...XD
¡Au revoir!
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