¡Holis! ¿Qué tal la vuelta a empezar del curso? Yo pshé... Me estreso con solo pensar en que la semana que viene empiezo nuevo cole... Puff... Pero bueno, no será tan complicado como la última vez que me cambié.
Bueno, mientras paso la absurda historia de Alicia en la Ciudad de las Maravillas, os dejo una pequeña estupidez que hice mientras desvariaba una de estas pasadas noches:
Esas letras, que no se mueven. Están ahí, pegadas a la pared. Sin vivir, sin sentir, sin sufrir... Inertes, escritas, sin vida. No hacen nada y a la vez lo dicen todo. Son simples y calladas, pero hablan a gritos si las sabes escuchar. Están ahí, quietas, pegadas, inamovibles... Dibujadas, nítidas, limpias, oscuras... Enrevesadas o claras. Creadas para ser comprendidas y olvidadas. Coloreadas o dejadas tal como llegaron al mundo. Quietas... Como nadie puede comprender. Pegadas, como nadie pudiera estar. Las letras, ahí volando eternamente, tapadas, descubiertas, recordadas, adoradas, odiadas, rechazadas... Pero completamente igual, siempre iguales, siempre derechas, o torcidas. Siempre quietas y pegadas a la pared.
Hope you liked!
Au revoir, mes adorables!
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