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L'hiver est à venir...




lunes, 18 de julio de 2011

Sin alma y con sangre. Capítulo I - Parte 3ª

Bueno, siento el retraso... espero que este capi no sea tan chorrada como los otros... U_U

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Capítulo I
Parte tercera
Catch me


No creo que os imaginéis lo que ocurrió tras encerrarlo en el desván de la torre e intentar que, mediante las "eficaces" persuasiones de Sandra y Demian (¿No os he contado que son hermanos?), cediese y nos dijese qué demonios hacía en Deathley Graveyard.

Pero no... aquel maldito ****** (por no decir otra cosa, Andrey me obliga a poner estrellitas) se resistió a decir nada.

En fin, que luego tuvimos que optar por el agotamiento. Lo dejamos solo durante horas, turnándonos para vigilar la puerta, excepto Andrey, al que no le dejábamos por si le daba un arrebato o algo...
 
Quiero saber más sobre esa tal Linda. Y sobre Mark, aunque Linda primero. Le preguntaré a Leylah.

Bueno, creo que nos debimos pasar todo el día turnándonos para que el Cazavampiros no se escapase, aunque en el estado en el que estaba, difícilmente iba a poder.

Dieron las once de la noche y ya había oscurecido (un doce de octubre no es lo mismo que la noche de San Juan). No nos estábamos muriendo de sueño ni mucho menos. Yo jugueteaba con unos cuantos aros de metal de un juego de inteligencia de Andrey mientras Leylah cocinaba por pura diversión, Demian vagueaba en su cuarto, Nick intentaba cortarse el pelo delante de un espejo y Andrey se retorcía las manos nervioso sentado a mi lado.

Era el turno de Sandra, quien se encontraba, seguramente, sentada en las escaleras al sótano, enfrente de la puerta de éste mirándose las uñas pintadas de rosa apasionadamente.

En el momento en el que estaba a punto de encajar los aros de metal, se oyó un prominente grito de sorpresa y todos nos levantamos sobresaltados.
El grito provenía de las escaleras que descendían a la provisional cárcel del Cazavampiros.
Nadie se movió (no... ya no soy nadie, soy NADIA, así que no me moví), exceptuando a Leylah, porque se le había caído un paquete de galletas y lo recogía sin prisa aparente.

Apareció una cabellera rubia por la trampilla de encima de la escalera, hacia donde yo miraba.
Al ver la cara de desesperación de Sandra, nuestros ojos la miraron más curiosos que antes. Tras unos segundos de tensión, sus labios color carmín se abrieron para informarnos de lo sucedido.

-No está.-musitó.

Andrey apretó los labios, Dem frunció el ceño, Leylah siguió barriendo las galletas como si nada, yo solté un bufido y Nick realizó su comentario sarcástico de turno.

-Comienza la persecución.

Aprisa, Dem y Sandra corrieron a inspeccionar toda la Torre.
Andrey, Leylah, Nick y yo nos repartimos para buscar por los "floridos jardines" de Deathley Graveyard.

Salimos al lugar donde nuestro único techo eran las estrellas, y suspiré apesadumbrada. Nos íbamos a dar un buen pateo. No es que nuestro cementerio fuese el más pequeño de los alrededores, precisamente.

Arrugué la nariz al oír el crujido de las hojas otoñales y, silenciosamente, me escondí tras un robusto sauce, ojo avizor.
Tanta lápida blanquecina me producía mareos, así que cerré los ojos y me concentré en el resto de mis sentidos.

Olí cercano el hedor del Cazavampiros y atisbé un aroma que me era familiar. Pero no provenía de ninguno de los inquilinos de la Torre.

Llegados a este punto, me dí la vuelta y miré a mi alrededor, escrutando con la mirada, el olfato y el oído cada mausoleo, árbol, cancela o lápida.

Sentí el frus-frus de una capa a pocos metros de mí y el ligero movimiento de aire al rededor de quién-quiera que estuviese paseándose por Deathley Graveyard.

Me fijé que tras una enorme tumba (de un tal Charles A. Green) los ojillos verdosos de Leyl me miraban. Parece ser que ella también se había dado cuenta de la extraña aunque familiar presencia en el Cementerio.
Poco más allá, también escondido en la oscuridad (redundancia, puesto que al ser las tantas de la noche no hay luz casi), se encontraba Andrey.
El único "desaparecido" era Nick.

Comenzó el ataque. Leylah y yo corrimos, tan silenciosas y ligeras como siempre, y Andrey, con los colmillos fuera, se abalanzó sobre la sombra.
Pero ésta se escapó, escurridiza.

Ahora nos separamos. Se había metido tras un gran mausoleo (lo sé... todo el mundo se esconde ahí detrás en esta historia). Yo me quedé junto a otro enorme árbol mientras que Andrey, sin pensar demasiado, rodeaba el "edificio" con Leylah en los talones.

Entonces lo vi. Se acercaba hacia mí mirando de vez en cuando hacia atrás.

Tenía el pelo negro y era irresistiblemente... como decirlo... ¿apetecible?
No sé, ya me entendéis.

Pasó de largo, mientras yo miraba, asombrada, su rostro, que me recordaba muchísimo a... a... ¡¡Lucas!!
Caí en ello mientras corría detrás de él.
No podía ser... Lucas. ¿Qué hacía él aquí? ¡En teoría estaba en Dublín!
Tan absorta estaba en mis pensamientos, que no sabía casi hacia donde corría, solo seguía al joven. Noté como una puntiaguda y seca rama atravesaba mi piel, pero no le di importancia. Algunas otras ramas me azotaban la cara al correr.

A algunos metros de mí estaban Andrey y Nick. Posiblemente Leyl habría corrido a avisar a Dem y Sandra.
El chico me despistó con unas cuantas vueltas entre árbol y árbol y lo perdí de vista.
De golpe, noté que se me nublaba la vista y la cabeza me daba vueltas. Caí redonda al suelo, notando la brisa que Nick y Andy producían al pasar veloces por mi lado.

*****

Me dí cuenta de que yacía tirada en el césped de Deathley Graveyard y la luz del día me daba en la cara. ¿Qué repámpanos hacía yo allí?

Lo recordé todo. La fuga del Cazavampiros, la persecución, la herida, el mareo... ¿la herida?
Me miré rápidamente el brazo donde la rama se había clavado. Bien. Tenía el antebrazo lleno de... ¡¡Mierda!!...¿¿Sangre??
¿¿!!Pero qué me pasa!!?? No podía estar sangrando... no... tenía que estarme pasando algo.. ¡¡Joder!! ¡¡Sangre!!
Pero... yo era vampiresa... ¡¡¡No podía sangrar!!!
Me levanté, totalmente mareada y dí unos pasos dando tumbos. Al final, haciendo eses y no sin caerme un par o tres de veces, alcancé la puerta de la Torre. No quería que ningún estúpido humano me viese en aquel estado.

Llamé con todas las fuerzas que pude, y noté los pasos que venían hacia el destartalado portón. La tapa de la mirilla se abrió, y un ojo asomó por el pequeño cristal. Un ojo castaño.

-Andy... Andy, ábreme.-dije.-Soy yo. Ábreme, por favor te lo pido...

La mirilla se cerró y suspiré.. ahora me abriría y desharíamos este entuerto. Yo sabría que a veces sangrar un vampiro era normal y todo volvería a ser como antes.

El único y pequeño fallo, es que solo oí que farfullaba algo como "lo siento" y sus pasos se alejaban. No pude ni rogarle.

********

Uffis... siento tardar esta eternidad.. es que no tenía ideas... U_U

1 comentario:

Muchas gracias por dejar tu sueño en nuestra pequeña nube.